Riesgos de los pies diabéticos

Los riesgos de los pies en personas diabéticas

(Artículo Publicado en «Diari de Terrassa»)

Todo paciente diabético ha escuchado en una o más ocasiones que debe tener cuidado de sus pies. Pero, ¿sabemos realmente por qué? ¿Conocemos los riesgos que tienen los diabéticos con respecto a los pies?
Es importante conocer cuáles son las afecciones que conlleva la diabetes a nivel sistémico para entender de qué manera puede perjudicar a las partes más distales, como son los pies.
Después de años de enfermedad se puede producir lo que se conoce como vasculopatía periférica y neuropatía periférica. Esto significa una afección a nivel de la circulación y del sistema nervioso periféricos. Este último hace referencia a la sensibilidad de las zonas más alejadas del corazón: manos y pies. En cuanto a los pies nos encontramos con el añadido de que pasan todo el día encerrados dentro de un zapato, con lo que no los vemos ni controlamos.

Por un lado, sabemos que los nervios responsables de la sensibilidad nos resultan una defensa. Cuando notamos dolor apartamos el miembro, de esta manera el daño causado será menor. Si partimos de una disminución de esta sensibilidad, podríamos no sentir este dolor, y por tanto, no «apartar» el miembro. En cuanto a los pies, podríamos tener una arruga en el calcetín, una piedrecita o un pliegue en el zapato, y no notarlo, por tanto, no pondríamos remedio, pudiendo pasar todo un día sufriendo esta agresión sin darnos cuenta. De esta manera lo que hubiera podido ser una simple molestia, al cabo de la jornada se nos puede presentar como una herida.

Ahora que ya tenemos la herida, es el turno de la sangre, responsable entre otros de curar y regenerar los tejidos dañados. Pero, como ya hemos dicho, nos encontramos con una circulación afectada. Por tanto, esta herida no seguirá un curso normal de curación, sino que será más lenta, dando tiempo para que se produzca una infección, que a su vez, tampoco seguirá su curso normal debido una vez más a la falta de aporte sanguíneo. De esta manera nos podemos encontrar con una herida infectada y que puede empezar a necrosarse. Si seguimos sin poner solución puede acabar con la conocida gangrena.

Una vez explicado lo peor que puede pasar, es muy importante que la persona diabética sepa cómo poner remedio, y es tan sencillo como practicar una buena prevención:

  • Lo principal será llevar un control exhaustivo de su enfermedad por parte del Endocrinólogo. Seguir siempre sus instrucciones.
  • Mirarse los pies a diario en toda su extensión y especialmente los espacios interdigitales. Si uno mismo no puede, es conveniente pedir ayuda o utilizar un espejo.
  • En caso de encontrar cualquier aspecto sospechoso de la piel (enrojecida, pequeña lesión…) rápidamente acudir al Podólogo. No debemos sentir vergüenza pensando que es poca cosa. Siempre es preferible que nos digan que no tiene importancia, a que, por haber esperado, no llegamos a tiempo.
  • Mantener contacto directo con su Podólogo acudiendo a revisiones periódicas, así como seguir también sus indicaciones.

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